Con el viento a mí favor siempre solía volar, mirando las
estrellas y el sol, subía y bajaba, alzaba la mirada al cielo
azul, sin miedo sin coacción con ilusión así sentía como el
viento refrescaba mi alma mi mente y mi corazón.
Con el alma al aire volaba, cantaba y solía gritarle al mundo
que amo la paz, la vida, la libertad, que soy feliz que tengo
amor y por ello merece la pena vivir, ahora tengo a ti, ya que
siempre te he esperado con alma y ahínco en el corazón.
Pronto llegará el invierno y débil he de estar he de encender el
fuego en nuestro hogar que las fuerzas me suele dar y llena de
energía con más ánimo te he de esperar, con un ramo de rosas
en la mesa, como cada día tú con cariño me solías dejar.
Llevaba alas para seguirte con más ligereza, pero el efecto fue
el contrario, el viento me lo impedía, era fuerte y muy frío y
las fuerzas me disminuían entonces me desprendí de ellas y
busqué airosa un nuevo lugar lleno gente buena y allí para
siempre por siempre, poderte esperar.
Carmen