miércoles, 14 de febrero de 2018

La alegre payasa


En Navidad:
Soy una alegre payasa, es mi trabajo, pero lo he traspasado a mí vida privada, al día a día, soy una payasa sin duda, me río de todo, intento llevar la felicidad a la gente, lo mismo estoy en residencia de ancianos que en cumpleaños etc, siempre rodeada de gente que me necesita, me da igual la edad y su condición social. Suelo reírme de mi misma, a menudo delante de los demás, nunca estoy triste y siempre tengo una gran sonrisa en mí cara y así de esta manera, alegro la vida de todos, los que tengo a mí alrededor. Soy cariñosa, divertida y dicharachera, los niños me adoran. Donde más feliz me encuentro es en mi trabajo en el hospital, en la planta de niños con cáncer, soy animadora payasa, todos los días les llevo una gran ilusión con juegos y les hago   sonreír y ver el lado bueno de la vida, que sin duda alguna lo tiene.
Pero nadie me conoce de verdad, nadie sabe que de día río y de noche lloro desconsolada, cuando nadie me ve y me quito la careta y mi  traje de payasa, entonces es cuando soy yo  realmente, alguien que también necesita amor y que de vez en cuando le hagan feliz esa es la verdadera niña, que un día creyó en el amor pero que lo perdió para siempre.
Ahora por estas fechas todavía es más importante mi trabajo, cambio mi  disfraz de payasa por otro de papá Noel, lleno un saco de juguetes y camino alegre sé positiva mente  que hoy haré feliz a muchos niños ya que es noche buena . Al llegar a la planta cuarta hoy hay un gran silencio y mí cuerpo se estremece, algo ocurre salgo corriendo   casi sin respirar y entro  a ver que ocurre, todos los niños me  miran muy tristes  les pregunto ¿que ocurre? Hoy es un día especial, es noche buena y tenéis que sonreír . ¿Marta que ocurre cielo por qué lloras? Es Leyre está muy enferma y nos ha dicho la doctora que quizás hoy en noche buena, marche al cielo y le acompañará el niño Jesús.
Sin pensarlo dos veces me acerqué a cuidados intensivos ¡pero no me dejaron pasar! estuve allí esperando horas olvidando a los demás Leyre era una niña especial para mí, con un don que nadie sabe, es un verdadero ángel, es injusto que el cáncer mate aun niño pero en esta ocasión lo es mucho más. Leyre lleva luchando mucho tiempo contra su enfermedad,  hasta incluso le hicieron un trasplante de médula, pero por visto de nada ha servido, ella dice que dios la necesita a su lado.
Yo me pregunto como una niña de nueve años puede hablar así, como puede tener esa convicción como puede aceptar esta cruel enfermedad, con esa alegría y con esa sonrisa en los labios que si es verdad que existen los ángeles,  sin duda ella lo es... A las once de la noche la llevaron a su habitación y yo pedí que por favor me dejaran pasar.
Conseguí  pasar por fin y me senté a su lado y le dije papá Noel te trae un regalo, sé que te gustará, es el niño Jesús en su cunita que acaba de nacer. Ella me miró con una linda sonrisa en los labios y me dio las gracias diciéndome sé quien eres muchas gracias mi payasa, por hacerme feliz durante tanto tiempo, ahora te voy a pedir un favor nunca abandones este bello trabajo tuyo, eres la ilusión de todos. Le di un beso en la frente y cerró sus ojos para no volverlos abrir.
De repente un aleteo y una brisa sentí que deambulaba por la habitación, algo que no podría detallar con palabras era como un coro de ángeles que pasaron revoloteando junto a Leyre. 
No soy creyente pero os puedo asegurar que en esa noche buena, algo grandioso ocurrió que me hizo cambiar en muchos aspectos de mi vida
Feliz Navidad
Carmen

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